LA MUJER ARIES

La mujer Aries es una visionaria

Esta mujer emancipada es una visionaria que persigue con vehemencia sus objetivos. Independientemente de su profesión, familia, ocio o pareja, ella no hace las cosas a medias. Sigue el camino elegido consistentemente hasta el final. Si es necesario, con la cabeza contra la pared. En este sentido no es diferente del hombre aries.

Su marcado optimismo la ayuda a despejar sus dudas. La mujer Aries es segura de sí misma y no permite que la traten con condescendencia, especialmente los hombres que piensan que la están protegiendo. Esta dama fuerte necesita muchas cosas para vivir, la protección no es una de ellas. Ella es buena defendiéndose.

Aprende a lidiar con el fracaso.

En su vida, la mujer Aries aprende a su debido tiempo cómo lidiar mejor con el fracaso. Esto se debe a que, gracias a su impulsividad, se encuentra regularmente con puertas cerradas. A cambio, aprende a sobrellevar la derrota y los obstáculos. Esto eventualmente la convierte en una mujer poderosa, que hace una carrera y es a menudo la cabeza de una empresa. Guía a las personas de forma natural con su autoridad innata.

Intuitivamente, forma un vínculo estrecho con las personas que conoce. Ellas aprecian su trato honesto y despreocupado. Si es jefa, tiene expectativas de sus compañeros, pero eso no impide que la sigan incondicionalment, principalmente porque enciende el fuego de la pasión en los demás. No puedes evitar aferrarte a cada una de sus palabras. .

Ella nunca se olvida de ser una dama

Con todo su poder, siempre sigue siendo una mujer. Despreocupada y de pies ligeros, impacta a su admirador justo en el corazón. Cuando coquetea, no se compromete porque le toma mucho tiempo ponerse en buenas manos. El hombre de sus sueños no debe ser un adicto a la televisión, ni hacer una escena cuando ella está coqueteando inofensivamente con alguien.

Ella sabe a quien le entrega su corazón. Esto no le impide permanecer independiente y tener autodeterminación. A sus ojos, su futuro esposo no es celoso, sino seguro de sí mismo. Quiere luchar junto a su compañero. Un hombre que le diga ciegamente lo que quiere oír está descartado. Cuando su interés decae, se apresura a despedir a los pretendientes.